Literatura y teatro en el cinismo de Diógenes de Sínope y Nietzsche
En-claves del pensamiento
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, División de Humanidades y Ciencias SocialesEste artículo relaciona la biografía de Diógenes de Sínope, hecha por Diógenes Laercio, y
En su
Así no hay que sorprenderse si, en el horizonte imposible de la anarquía del lenguaje -allí donde la lengua intenta escapar a su propio poder, a su propio servilismo-, se encuentra algo que guarda relación con el teatro. Para designar lo imposible de la lengua he citado a dos autores: Kierkegaard y Nietzsche. Sin embargo, ambos han escrito, pero los dos lo hicieron en el reverso mismo de la identidad, en el juego, en el riesgo extraviado del nombre propio: uno mediante el recurso incesante a la seudonimia, el otro colocándose, hacia el fin de su vida de escritura, […] en los límites del histrionismo. Puede decirse que la tercera fuerza de la literatura, su fuerza propiamente semiótica, reside en actuar los signos en vez de destruirlos, en meterlos en una maquinaria de lenguaje cuyos muelles y seguros han saltado; en resumen, en instituir, en el seno mismo de la lengua servil, una verdadera heteronimia de las cosas.

			

				

				

					
Varios elementos hay en esta cita para empezar a desenvolver las ideas de este texto. En primera instancia, quisiera explicitar que se nombre a Nietzsche y a Kierkegaard, filósofos, como ejemplos para hablar de una de las fuerzas de la literatura. Existe abundante bibliografía que señala el carácter literario de la obra nietzscheana, pero la forma específica en la que Barthes aborda el problema es lo que me interesa: al lado de literatura y filosofía aparece un tercer factor: el teatro. Barthes habla del fin de la vida de escritura de Nietzsche, es decir,
Nietzsche siempre resaltó en la filosofía antigua su carácter práctico como opción de vida, y entre los pocos predecesores que admitió tuvo a algunos de los griegos presocráticos y helenísticos.

			

				

				
Podría responderse que la aproximación es apropiada desde la filosofía como práctica de vida. Desde esta concepción el género biográfico tiene sentido. Sin embargo, lo que estos autores ofrecen como práctica de su filosofía es algo más complejo que un simple ejercicio de su doctrina. Es decir, lo que está en juego aquí va más allá de ejercicios biográficos que dan cuenta de una forma de vivir que se corresponde con la filosofía teórica de sus protagonistas. Hay varios puntos en ambos textos que permiten el acercamiento a Diógenes y a Nietzsche desde un punto de vista dramático, y que cuestionan la división filosofía/vida, teoría/práctica. Me gustaría empezar entonces por los puntos en común de estas dos puestas en escena.

		Ante los dos personajes retratados podemos identificar las primeras impresiones que los señalan como particulares. Se trata de personajes histriónicos, exagerados, hiperbólicos, vanidosos, provocadores, intempestivos. Sin embargo, obtenemos esta impresión por medios diferentes: mientras que en el caso de Diógenes lo reconocemos por los actos que cuentan sus anécdotas y sus dichos, en el caso de Nietzsche lo vemos a partir de sus exclamaciones, sus señalamientos, sus énfasis. Esta diferencia podemos volverla una coincidencia si lo pensamos desde el punto de vista dramático: por un lado, la teatralidad de la anécdota y, por el otro, la teatralidad de la escritura. Es decir, podemos reconocer ciertos elementos propios del teatro -y más específicamente de la comedia, al estilo de Aristófanes- que acontecen en ambos ejercicios biográficos: el juego de palabras -con frecuencia perdido en las traducciones-, los diálogos, los intertextos, las contradicciones, las incoherencias y la primacía de un lenguaje oral, entre otros.

			Los juegos de palabras, en primer lugar, están conectados en ambos casos siempre con el humor. De igual forma, mientras los diálogos de Diógenes ocurren siempre con otros personajes a los que se enfrenta, en Nietzsche -cuya autobiografía estaría más relacionada, visiblemente, con un monólogo- el diálogo se hace presente de diferentes maneras: a veces con citas de sus propios textos, otras veces con
En los intertextos de obras canónicas, Diógenes se enfrenta a los textos homéricos, mientras que Nietzsche a la Biblia (en las citas que utiliza de
Aparte de esto, quisiera hacer énfasis en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, el destino de ambos personajes: Nietzsche lo dice en repetidas ocasiones, él es el transvalorador de todos los valores.

			

				

				Por primera vez en el primer apartado, del primer capítulo, por ejemplo, Nietzsche,
El segundo aspecto, íntimamente relacionado con el primero, tiene que ver con la autocreación de ambos personajes. Mijail Bajtín, que consideraba a Diógenes una 'figura tan profundamente novelesca',

			

				

				

					
Dass Man wird, was man ist, setzt voraus, dass man nicht im Entferntesten ahnt, was man ist. Aus diesem Gesichtspunkte haben selbst die Fehlgriffe des Lebens ihren eignen Sinn und Werth, de zeiweiligen Nebenwege und Abwege, die Verzögerungen, die 'Bescheidenheiten´, der Ernst, auf Aufgaben verschwendet, die jenseits der Aufgabe liegen.

			

				

				
Ambos nos dan la idea de un personaje de una obra que se va configurando a partir de las experiencias que va viviendo, sin ensayo. El actor no es consciente del todo del personaje que es, no tiene un plan, y se va haciendo a medida que van pasando las escenas, entregado a la experimentación y la improvisación.

			

				

				Lo que nos dice
De esta manera, en estos dos aspectos tenemos, por un lado, una metodología cínica, elegida a partir del destino de transvaloradores y, por otro, una autocreación como personajes improvisados que se entregan a la experimentación y al devenir para formarse. Asimismo, quisiera presentar dos anécdotas sobre Diógenes que permiten la analogía con el teatro. La primera dice: 'Solía entrar en el teatro cuando los demás estaban saliendo; cuando le preguntaban por qué lo hacía, contestaba: 'Es lo que procuro hacer en mi vida entera''.

			

				

				

					
La segunda anécdota es la siguiente: 'A uno que le dijo: 'Estás filosofando sin saber nada', replicó: 'Aunque solo esté fingiendo la sabiduría, también eso es filosofar''.

			

				

				Laercio,
Quisiera aprovechar esta insistencia de Branham para discutir precisamente el significado de las historias en Diógenes y de su teatralidad. Se ha hecho notar el carácter polémico del cinismo, no sólo por su extravagancia, sino por lo dudoso de su perfil como forma del pensamiento. Michel Onfray ha realizado su trabajo alrededor de la filosofía del hedonismo, la filosofía antigua y la filosofía como forma de vida. Estas tres vertientes están estrechamente relacionadas y han sido inspiradas y justificadas teóricamente desde el mismo Nietzsche. En su contrahistoria de la filosofía,
Onfray establece en el centro de su filosofía hedonista a Diógenes y a los cínicos, uno de los pilares de esa contrahistoria. Así, por el lado de la historia oficial, 'Siempre listo a decir tonterías, Hegel afirmó de forma categórica en sus
Onfray insiste en que las anécdotas no tienen un fin en sí mismas, que lo importante de ellas es su conclusión o su moraleja filosófica. Así, dirá respecto a Montaigne: 'y tantos otros momentos preciosos más allá de la anécdota. Al menos, para el filósofo, el interés de estos detalles no está en la narración -en magnífico estilo-, sino en el anzuelo: importan por su papel filosófico. […] -medios de pensamiento y no fines en sí mismos'.

			

				

				Onfray,
La filosofía -la opción de vida que ambos eligen, la concepción de mundo bajo la que se rigen- tiene que ver con esa apertura dramática, se constituye en esa exposición del cuerpo y de las exclamaciones. Porque la vida así escrita (o así vivida) es el despliegue de la teoría, pero sin un antes ni un después de esta, sino que acontecen inseparablemente, como afirma Lozano-Vásquez: 'Para Diógenes ser cínico es vivir; no hay nada que esté por encima de su cinismo, ni este es condición de posibilidad de algo más'.

			

				

				Lozano-Vásquez, 'Simbiosis entre', 10.

			28 Es decir que sus formas y actuaciones no se tratan de simples elementos didácticos o pedagógicos. Si la filosofía es filosofía práctica, si es la elección por una opción de vida, sus elementos formales no pueden estar por fuera de esa elección.

			

				

				Como Onfray, los autores del siglo XVIII que intentaron rescatar a la escuela cínica, limpiándola de aquello que podría resultar escandaloso para los ilustrados, terminaron vedándole justamente lo que podría hacerla valiosa. Ésta es la tesis que Louisa Shea presenta en su libro sobre la recepción de los cínicos durante la Ilustración: 'One consequence of the Cynics' moral ambiguity, […] is that by seeking to salvage Cynicism for social criticism the philosophes in fact contributed to the demise of the movement within Western intellectual history. By purging the sect of its less respectable traits, the philosophes in effect rendered Cynicism philosophically superfluous (their clean-shaven Diogenes proved, when all was said and done, a poor rival to the more traditional models of Socrates and Seneca)' [Una consecuencia de la ambigüedad moral de los Cínicos, [...] es que, al intentar salvaguardar el Cinismo para la crítica social, los filósofos de hecho contribuyeron a la muerte del movimiento dentro de la historia intelectual occidental. Al expurgar la secta de sus características menos respetables, lo que hicieron fue en efecto convertir al Cinismo en algo filosóficamente superfluo (al final, su Diógenes, tan pulcro, fue un rival débil contra los modelos tradicionales de Sócrates y Séneca)].
En su afán por contradecir a Hegel, quien no supone ningún sentido a las anécdotas cínicas, Onfray devela el sentido oculto y verdadero: 'Todas las anécdotas cínicas derivan del mismo principio: transmiten un sentido, portan un significado'.

			

				

				Onfray,
De la misma manera, la práctica no es un simple seguimiento de los preceptos teóricos. La práctica es una exposición, una exhibición, una manifestación, un
Para Onfray, el cinismo es su doctrina y nada más: una vida frugal, un retorno a la naturaleza, un desprecio por las normas sociales: 'La lección hubiera podido darse sin tanta teatralidad, tanto énfasis o tanto derroche de astucia en la ironía, y las conclusiones habrían sido las mismas'.

			

				

				Onfray,
La dualidad de Onfray podría resumirse así: la doctrina (interior) debe verse reflejada en el discurso o la vida (exterior). Diógenes destruye este orden: la vida acontece con la doctrina. La vida es la filosofía, es el pensamiento, y esta vida/pensamiento se desarrolla en una puesta en escena. Es a partir de sus acciones, de sus respuestas y de sus dichos que su pensamiento se despliega, sus maneras son tan fundamentales como lo que dice y hace a través de estas. El cinismo de Diógenes no tiene afuera, está libre de la persecución que sufrían estoicos y escépticos, vigilados para que permanecieran en su vida siempre dentro de los límites de su doctrina.

		Me gustaría seguir hablando en esta segunda parte de este trabajo desde
De esta manera, la dualidad vida-obra, hombre-filósofo, no se supera cuando entendemos la filosofía como práctica en un sentido donde el pensador es consecuente en su vida respecto a su doctrina. En general, es ésta la concepción que se tiene para entender lo que Nietzsche trata de recuperar de la filosofía antigua. Veamos, por ejemplo, una afirmación de Germán Meléndez, en un análisis de
En Nietzsche todo es máscara. Su salud es una primera máscara para su genio; sus sufrimientos, una segunda máscara, a la vez para su genio y para su salud. Nietzsche no cree en la unidad de un Yo, y no lo siente: relaciones sutiles de poder y de evaluación entre diferentes 'yo' que se ocultan, pero que también expresan fuerzas de otra naturaleza, fuerzas de la vida, fuerzas del pensamiento -esa es la concepción de Nietzsche, su manera de vivir-. Nietzsche vivió a Wagner, a Schopenhauer, e incluso a Paul Ree, como sus propias máscaras. […] Entre los más elevados momentos de la filosofía de Nietzsche se cuentan las páginas en las que habla de la necesidad de enmascararse, de la virtud y de la positividad de las máscaras, de su instancia última. […] sobre esta primera máscara, otra, representada por el enorme bigote. 'Dame, te lo ruego, dame… -¿Qué?- Otra máscara, una segunda máscara'.

			

				

				Deleuze,
Es justamente en el juego de las máscaras donde hay un carácter que permanece, un centro de gravedad, un estilo: el
Para terminar, me gustaría devolver al escenario a los dos personajes principales de este trabajo para un último diálogo a partir del ensayo de Niehues-Pröbsting sobre la recepción moderna de los cínicos.

			

				

				Niehues-Pröbsting es el único autor que Michel Foucault recomienda en sus clases sobre la
En este artículo se dedica un importante espacio a la interpretación que Nietzsche hizo del cinismo:

			Nietzsche directed his interest beyond the merely historical question and inquired what possibilities Cynicism could offer beyond its historical uniqueness and past: possible modes of living; moral possibilities, particularly the problematization and critique of morals; possibilities of shedding light on morals; possibilities of an enlightened personal style critical of morals; rhetorical-literary and polemical possibilities.

			

				

				

					
Lo que este trabajo ha propuesto hasta ahora es que las dos últimas posibilidades que Niehues-Pröbsting encuentra son las que enmarcan a las demás; es decir, el estilo, la ironía, la parodia, el humor, en una palabra, todo lo que corresponde al
Así es como Niehues-Pröbsting también lo afirma:

			However, Cynicism did not gain its highest importance in and for Nietzsche as a positive moral philosophy, as instruction for happiness or precepts for life, but as a certain paradigm of the criticism of morals and of an enlightenment critical of morals. Nietzsche discovered Cynicism as a position beyond good and evil, as a didactic play of the free spirit.

			

				

				
Podemos concluir de la siguiente manera: el énfasis está en la actitud, en la posición, en el juego, lo que concretamente en el caso de Diógenes es provocación, sátira, bufonada.

			

				

				Entre las posibilidades de un cinismo antiguo actualizado en el siglo XX, Peter Sloterdijk presenta al dadaísmo como un representante digno de Diógenes de Sinope. Su conexión se presenta, entre otras cosas, justamente por sus ataques provocadores y performáticos: 'Con el dadá hace su
De esta manera, el pensamiento, la filosofía que hay en el
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					Barthes, Roland. . México: Siglo XXI, 1993.Roland Barthes,

					Nietzsche, Friedrich. . En . Edición dirigida por D. Sánchez Meca. Madrid: Tecnos, 2016.Nietzsche,
El problema de la incoherencia parece jugar un papel fundamental en toda la filosofía antigua. Pero esa incoherencia, según Hadot, es una percepción moderna, sólo nos extraña a nosotros: 'A propósito de la génesis que hay en mi obra de la noción de filosofía como elección de vida o de la noción de ejercicios espirituales, empecé reflexionando sobre este problema: cómo explicar la incoherencia aparente de algunos filósofos. […] Siempre me chocó que los historiadores dijeran 'Aristóteles es incoherente', 'san Agustín compone mal'. Y esto me condujo a la idea de que las obras filosóficas de la Antigüedad no se componían para exponer un sistema, sino para producir un efecto de formación: el filósofo quería hacer trabajar los espíritus de sus lectores o auditores para ponerlos en una disposición determinada'. Hadot, Pierre. . Barcelona: Alpha Decay, 2009.Pierre Hadot,
A este respecto, Andrea Lozano-Vásquez afirma: 'Diógenes, por su parte, elige géneros menos declarativos: el diálogo, la carta, la tragedia. Aunque seguramente en ellos se manifiestan sus compromisos, la presencia de más de una voz matiza cualquier afirmación'. Lozano-Vásquez, Andrea. “Simbiosis entre vida y doctrina en ”. . Medellín: Universidad de Antioquia: 2014.Andrea Lozano-Vásquez, 'Simbiosis entre vida y doctrina en
Nietzsche,
Ejemplo de este caso es uno de los fragmentos más extraños de
Por primera vez en el primer apartado, del primer capítulo, por ejemplo, Nietzsche,
Lo que 'la ley de la ciudad' significa en ese contexto permite establecer todavía una relación más estrecha con el destino nietzscheano: '

					Branham, R. Bratch. “Defacing the Currency: Diogenes’ Rhetoric and the Invention of Cynism”. En R. Bratch Branham y Marie-Odile Goulet-Cazé, . Berkley, CA: University of California, 1997.R. Bratch Branham, 'Defacing the Currency: Diogenes' Rhetoric and the Invention of Cynism',

					Bajtín, Mijail. . Madrid: Taurus, 1989.Mijael Bajtín,
Branham, 'Defacing the Currency', 86. ['una 'figura dialógica' —'un héroe de la improvisación, no de la tradición'—, alguien que rechaza 'encarnarse en las categorías sociohistóricas existentes' y que toma la 'iniciativa ideológica y lingüística para cambiar la naturaleza de su propia imagen'. Los cínicos, 117].

			Lo que nos dice

					Laercio, Diógenes. . Trad. Luis Andrés Bredlow. Barcelona: Lucina, 2010.Diógenes Laercio,
Nietzsche,
Esta idea de lo performático tiene que ver justamente con llevar lo teatral a espacios y circunstancias por fuera del lugar y tiempo propiamente teatrales. Es decir, de atravesar las leyes y los valores establecidos para lo teatral, como Adrian Parr lo afirma: 'All performance art interrogates the clarity of subjectivity, disarranging the clear and distinct positions that the artist, artwork, viewer, art institution and art market ocuppy'. Parr, Adrian. . Edinburg: Edinburgh University Press, 2005.Adrian Parr,
Laercio,
Branham, 'Defacing the Currency', 91 ['Aquí Diógenes parece afirmar que la vida filosófica es una especie de obra, un acto, y anticipa así la idea de que el filósofo es un actor adaptable'. Los cínicos, 124].

			

					Onfray, Michel. . Barcelona: Anagrama, 2006.Michel Onfray,
Hadot hará constante referencia a esta idea respecto a la filosofía antigua: 'Justamente lo que he querido mostrar es, sobre todo, que lo que considerábamos como pura
Onfray,
Ya Barthes reconocía que era imposible escribir de manera diferente sin pensar de manera diferente: 'Porque escribir es ya organizar el mundo, es ya pensar. Es pues inútil […] pedir al otro que se re-escriba, si no está decidido a re-pensarse'. Barthes, Roland. . Buenos Aires: Siglo XXI, 1972.Roland Barthes,
Lozano-Vásquez, 'Simbiosis entre', 10.

			Como Onfray, los autores del siglo XVIII que intentaron rescatar a la escuela cínica, limpiándola de aquello que podría resultar escandaloso para los ilustrados, terminaron vedándole justamente lo que podría hacerla valiosa. Ésta es la tesis que Louisa Shea presenta en su libro sobre la recepción de los cínicos durante la Ilustración: 'One consequence of the Cynics' moral ambiguity, […] is that by seeking to salvage Cynicism for social criticism the philosophes in fact contributed to the demise of the movement within Western intellectual history. By purging the sect of its less respectable traits, the philosophes in effect rendered Cynicism philosophically superfluous (their clean-shaven Diogenes proved, when all was said and done, a poor rival to the more traditional models of Socrates and Seneca)' [Una consecuencia de la ambigüedad moral de los Cínicos, [...] es que, al intentar salvaguardar el Cinismo para la crítica social, los filósofos de hecho contribuyeron a la muerte del movimiento dentro de la historia intelectual occidental. Al expurgar la secta de sus características menos respetables, lo que hicieron fue en efecto convertir al Cinismo en algo filosóficamente superfluo (al final, su Diógenes, tan pulcro, fue un rival débil contra los modelos tradicionales de Sócrates y Séneca)]. Shea, Louisa. . Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 2010.
Onfray,

					Onfray, Michel. . Barcelona: Anagrama , 2007.Michel Onfray,

					Long, Anthony Arthur. “The Socratic Tradition: Diogenes, Crates, and Hellenistic Etics”. En R. Bratch Branham y Marie-Odile Goulet-Cazé, . Berkley, CA: University of California : 1997.Anthony Arthur Long, 'The Socratic Tradition: Diogenes, Crates, and Hellenistic Ethics', en R. Bratch Branham y Marie-Odile Goulet-Cazé, The Cynics Movement in Antiquity and Its Legacy in Hellenistic Culture and Society (University of California: 1997), 29. ['Se falsearía la naturaleza del movimiento cínico si se abstrajera un repertorio puramente teórico de nociones a partir de los estilos, deliberadamente extravagantes, de conducta y de expresión literaria propios de dicho movimiento'. 'La tradición socrática', en Los cínicos, 48].

			'Como alguien le reprochaba que estuviera bebiendo en una taberna, dijo: 'También me hago cortar el pelo en la barbería''. Laercio,
'Es preciso ante todo
Según Paul Valéry, esto es lo que sucede en el lenguaje poético, a diferencia de la comprensión en el discurso común: 'Comprender consiste en la sustitución más o menos rápida de un sistema de sonidos, de duraciones y de signos por una cosa muy distinta, que es en suma una modificación o una reorganización interior de la persona a la que se habla. […]. Por consiguiente, la perfección de un discurso cuyo único objeto es la comprensión consiste evidentemente en la facilidad con la que la palabra que lo constituye se transforma en algo muy distinto, y el lenguaje, ante todo en un no lenguaje; y a continuación, si así lo queremos, en una forma de lenguaje diferente de la forma primitiva. En otros términos, en los empleos prácticos o abstractos del lenguaje, la forma, es decir, lo físico o lo sensible, y el acto mismo del discurso no se conserva; no sobrevive a la comprehensión; se disuelve en la claridad; ha actuado; ha cumplido su función; ha hecho comprender: ha vivido. Pero, por el contrario, tan pronto como esta forma sensible adquiere por su propio efecto una importancia tal que se impone, y se hace, de alguna manera, respetar; y no sólo notar y respetar, sino también desear y por lo tanto recuperar —cuando algo nuevo se declara: estamos insensiblemente transformados, y dispuestos a vivir, a respirar, a pensar de acuerdo con un régimen y bajo leyes que ya no son del orden práctico— […]. Entramos en el universo poético'. Valéry, Paul, “Poesía y pensamiento abstracto”. . Madrid: Visor, 1990.Paul Valéry, 'Poesía y pensamiento abstracto',
Onfray,
Lozano-Vásquez afirma al respecto: 'Lejos de la naturalidad que en voz alta promulgan, las actitudes de Diógenes o la invención de éstas por parte de sus biógrafos están fríamente calculadas. Muestran el desinterés del cinismo por los valores sociales fundamentales como el pudor, el estatus, la fortuna en la política y en el amor, la hospitalidad…etc. Pero además pretenden provocar la risa y llamar la atención; Diógenes es probablemente el primer iconoclasta, figuradamente hablando, intenta siempre ser un golpe de opinión. Su estrategia es publicitaria; es decir pretende conseguir recordación, inclinación y apropiación'. Lozano-Vásquez, 'Simbiosis entre', 13.

			Claramente Zaratustra es el mejor ejemplo porque expone explícitamente los artefactos, el juego es evidentemente juego: es un teatro sin verosimilitud, pues se devela como teatro. Esta forma no es accesoria: 'Er redet nicht nur anders, er ist auch anders' KSA VI, 260. ['{Zaratustra} no solo habla de manera diferente, también es diferente'. Nietzsche,

					Meléndez, Germán. “Filosofía como autoconfesión de su autor”. . Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2016.Germán Meléndez, 'Filosofía como autoconfesión de su autor',
Éste sería justamente el deseo de Nietzsche: 'El filósofo del futuro es al mismo tiempo el explorador de los viejos mundos, cimas y cavernas, y solo crea a fuerza de recordar algo que fue esencialmente olvidado. Ese algo, según Nietzsche, es la unidad del pensamiento y de la vida'. Deleuze, Gilles. . Barcelona: Labor, 1974.Gilles Deleuze,
Nietzsche,
Deleuze,
Nietzsche,
Niehues-Pröbsting es el único autor que Michel Foucault recomienda en sus clases sobre la

					Niehues-Pröbsting, Heinrich. “The Modern Reception of Cynicism: Diogenes in the Enlightenment”. En R. Bratch Branham y Marie-Odile Goulet-Cazé, . Berkley, CA: University of California : 1997.Heinrich Niehues-Pröbsting, 'The Modern Reception of Cynicism: Diogenes in the Enlightenment', en The Cynics, 354 ['En sus reflexiones, [Nietzsche] dirigió su interés más allá de la cuestión meramente histórica, e indagó qué posibilidades podía ofrecer el cinismo trascendiendo su especificidad histórica y su pasado: posibles modos de vida, posibilidades morales, en particular la problematización y la crítica de la moral; posibilidades de proyectar luz sobre la moral, posibilidades de un estilo personal ilustrado, crítico de la moral; y su posibilidades retórico-literarias y polémicas'. 'La recepción moderna del cinismo: Diógenes y la Ilustración', en Los cínicos, 641].

			Entre las posibilidades de un cinismo antiguo actualizado en el siglo XX, Peter Sloterdijk presenta al dadaísmo como un representante digno de Diógenes de Sinope. Su conexión se presenta, entre otras cosas, justamente por sus ataques provocadores y performáticos: 'Con el dadá hace su
Nietzsche,
Pröbsting